Y ya pasaron 29, 15 y 7 años, respectivamente
De escuchar más mi propia brújula y autoridad interior para ser quién soy...
Los meses de marzo de cada año, celebro una especie de cumpleaños/aniversario, que empezó siendo primero de un único hecho, luego pasó a ser doble, y ahora hace poco triple.
Un 13 de marzo migré a España. Este año hace 29 años de eso.
Un 10 de marzo me colegié como abogada ejerciente en el Colegio de Abogacía de Barcelona. De esto hizo 15 años este 2025.
Y un 4 de marzo nació mi primer hijo en la tierra, ese querido bebé arcoiris, estrenándome como madre al otro lado de la piel, pérdidas mediante. Y ya son 7 años.
E indudablemente, lo que más noto es la sensación de que el tiempo vuela.
Supongo que es parte del proceso de la evolución natural de la vida.
Pues está claro que el único constante en esta vida es que el tiempo siempre siempre pasa. Por mucho que quisiéramos detenerlo por momentos.
Lo cierto es que poco hice este año como festejo de esas fechas señaladas, salvo las fiestas de los cumplevidas que sí hicimos.
Para mis aniversarios más de carácter profesional, planificaba lanzar públicamente una nueva web, unos nuevos servicios y un nuevo podcast.
Sin embargo, el tiempo pasó, y ya estamos en marzo. Y yo sigo dándole más y más vueltas de si todo eso que me planteé a finales del año pasado y al inicio de este año es realmente necesario. O quizá conviene ir a lo más simple, manteniendo sencillamente aquello que está funcionando a día de hoy, sin más parafernalias extras.
Que total, mis prioridades nunca fueron mi presencia digital, ni las redes sociales ni mi comunicación pública. Ni lo son este año.
Mi prioridad sigue siendo la divulgación del Derecho y los derechos de mujeres migrantes en sí misma.
Dentro de ese trabajo divulgativo, además de seguir construyendo este pequeño espacio que estás leyendo hoy, quiero seguir expandiendo mis redes de contacto con entidades sociales y organismos públicos en la facilitación de charlas, talleres y formaciones en eso de los procesos migratorios y de emprendimiento de las mujeres migrantes, entidades y organismos con las que comparta valores y éticas y con las que pueda colaborar a corto, medio y largo plazo.
Mi prioridad sigue siendo seguir haciendo mi mejor trabajo para quienes siguen confiando en mí día a día, en mi faceta de abogada especializada en acompañar procesos migratorios y de emprendimiento.
Porque mis clientes no vinieron ni han venido de las redes sociales ni de mis canales digitales, excepto casos muy muy contados.
También es cierto que estoy en pleno proceso de desconexión digital de las redes sociales, donde estoy intentando usar el mínimo posible mis canales digitales, y hasta incluso del móvil en sí como esa puerta a toda una serie de aplicaciones y distracciones que solo hace que apagar mi cerebro a ratos, sin los cuales de seguro viviría más conectada conmigo.
Así en estos contextos, creo que simplemente dejaré fluir lo que vaya surgiendo y sintiendo que quiera hacer en cada momento.
Porque, definitivamente, sigo sintiendo que estoy aún en el proceso de transformación que inicié hace ya casi 3 años, a raíz de una crisis existencial profunda en el que me sumió el destete repentino de la noche a la mañana de mi hija pequeña.
Eso sí.
Cada año sigo agradeciendo infinito la decisión de mi padre de migrar primero, y luego la decisión de mis padres de reunirnos nuevamente como familia aquí en España, ahora ya hace 29 años. Sin esas decisiones, yo no sería la que soy a día de hoy.
Agradezco infinito todas las personas que confiaron en mí en todos estos años de ejercicio profesional. Como siempre digo, sin esas/os clientes que pusieron en mis manos sus asuntos más importantes, sin esos colaboradores de los cuales necesité y necesito en distintos momentos y áreas de mi camino profesional, sin todo ese camino emprendedor a lo largo de estos años, tampoco sería la profesional que soy hoy.
Y por supuesto, agradezco infinito a mis criaturas por ser quienes iluminan mis decisiones diarios para ser más consciente de quien soy, y para acercarme cada día más a esa que de verdad soy, desde que entraron en mi vida.
Estoy segura que seguirán sumándose muchos años más de más escucha a mi brújula y autoridad interior en esta particular historia de vida mía.
Mientras tanto, te mando un gran gran abrazo desde Barcelona como siempre.
Kang